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Otro 2 de abril con la oportunidad de hablar, pintar, caminar y cantar para la causa azul, para compartir e invitar a solidarizarse y entre todos aprender un poco más sobre el espectro que afecta las áreas de lenguaje, socialización y conducta de los individuos viviendo con esta condición. 

Como cada año la ONU lanza un lema y en 2022 trabajaremos el tema de la inclusión educativa. Siendo la educación ese proceso que permite a los seres humanos desarrollar sus capacidades intelectuales, morales y afectivas de acuerdo a las normas de convivencia de la sociedad en la que pertenecen, y siendo la inclusión una oportunidad de los niños y jóvenes con o sin dificultades de aprendizaje de aprender juntos en las diversas instituciones educativas en todos los niveles, de acuerdo a las  leyes de inclusión, manuales, programas de apoyos  a la educación regular. 

Cada docente se cuestiona sobre la forma adecuada de llevarlas a la práctica con un niño que muestra muchas o todas las peculiaridades del autismo en el salón de clase y presenta retos para avanzar en las diferentes áreas de su desarrollo y por sus dificultades de comunicación y procesos de comprensión del entorno.

 La verdadera inclusión nace con el conocimiento del autismo, con la comprensión absoluta de las necesidades de apoyo individuales de cada alumno, sus debilidades y fortalezas y con dosis abundantes de empatía de quienes son responsables de su educación integral: padres, maestros, compañeros de clase y toda la comunidad que lo rodea.

Es en el saber del autismo y sus causas, en su aceptación y el verdadero deseo de apoyar al niño a conectarse, a explicar a compañeros sobre su forma de percibir el mundo y lo que está en nuestra mano hacer para facilitar la comprensión del mismo, es que nacerán las ideas para dar el acompañamiento material, emocional y humano para educarnos todos en el aula, en el hogar y en la sociedad misma, porque la educación también se da en cada momento del día, en cada parque, en cada calle y de cada persona con quien nos relacionamos aprendemos algo, aún lo incorrecto, y por supuesto que es mucho lo que podemos aprender de cada niño o adulto en el espectro, si nos liberamos de prejuicios y nos abrimos a la posibilidad de otras formas de pensar y resolver conflictos que ellos nos regalan.

 Es responsabilidad de cada persona sembrarse a sí mismo, cultivarse para que lo que germine de nuestro interior sea en beneficio de todos, seres azules o de cualquier color. Cada quien a su ritmo, cada quien regalando ideas para construir esos caminos de acercamiento a los niños y adultos con autismo y en ese acercamiento aprenderemos lo que ellos nos van a enseñar que también es muy valioso, tomando en cuenta que muchos de los avances en ciencia, arte y tecnología han sido aportaciones de personas de alto funcionamiento.

Es en la actitud del maestro de los padres que también son los principales educadores, en su papel de líderes del grupo, de la familia, en su manera de aceptar, comprender e incluir al niño TEA que sus compañeros, la familia y el resto de la sociedad entera aprenderá también a aceptar, comprender y conectarse con las personas con autismo y cualquier discapacidad. Entre todos en equipo encontrarán las soluciones, a vivir en las diferencias y con respeto a ellas. Aprenderán y valorarán los esfuerzos que hacen los niños neurodiversos y sus familias para obtener los aprendizajes y adaptaciones a un mundo que otros niños sin alguna discapacidad logran sin apoyo. Y será una lección de vida, de paciencia, de solidaridad y de verdadera empatía.

La Unión Europea lanza su lema de concientización Un feliz viaje por la vida. Los invito a reflexionar sobre la manera en que podemos contribuir para ayudar a las personas con autismo a ser felices, a vivir cada día aprendiendo, sin perder su esencia, sin comprometer su sensorialidad y con su peculiar manera de ser ellos mismos, con sus sentires y pensares.

¡Seamos felices y ayudemos a otros a ser felices también!