EL AUTISMO Y LOS MUSEOS. Parte 1
NIños en museo. Foto @snodgrass_tribe_mama para Denver Art Museum (2022)

EL AUTISMO Y LOS MUSEOS. Parte 1

Por: Angela Patricia Melo Ospina

La nueva definición del ICOM y su apuesta por la inclusión social

Después de una serie de largas discusiones, el 24 de agosto de 2022 el Consejo Internacional de Museos, ICOM, aprueba una nueva definición de museo:

“Un museo es una institución sin ánimo de lucro, permanente y al servicio de la sociedad, que investiga, colecciona, conserva, interpreta y exhibe el patrimonio material e inmaterial. Abiertos al público, accesibles e inclusivos, los museos fomentan la diversidad y la sostenibilidad. Con la participación de las comunidades, los museos operan y comunican ética y profesionalmente, ofreciendo experiencias variadas para la educación, el disfrute, la reflexión y el intercambio de conocimientos” (ICOM , 2022).

Esta nueva definición pone de manifiesto la importancia de que exista dentro del museo un acceso participativo e inclusivo de los públicos, entiéndase por los públicos a grupos de personas con diferente edad, formación, género, ingresos económicos, capacidades y requerimientos de apoyos. Pero ¿cómo llegar a la materialización del acceso de la población autista a los museos?

Zúñiga propone qué dentro de la planeación estratégica del museo, la accesibilidad para personas con discapacidad debe ser transversal a todas las áreas, políticas, planes y acciones que se deseen realizar dentro de la institución. Para ello consideran necesario realizar un plan de accesibilidad dentro del museo que se divide en varios pasos (Zúñiga Robles, 2019). 

El primer paso es realizar un planteamiento holístico de los retos y las iniciativas que se buscan, que dependen de las herramientas, el nivel de compromiso, los presupuestos y los tiempos con los que cuenta el museo. Como segundo paso se plantea la creación de un comité de accesibilidad que se asesore con expertos y lleve a cabo los proyectos. Se propone además establecer una misión y visión enfocada en la accesibilidad dentro del museo. Como cuarto paso se sugiere realizar un diagnóstico del inventario de activos del museo, esto con el fin de hacer un balance identificando los niveles de accesibilidad y de capacitación con los que cuenta el museo en sus servicios, contenidos, entornos y dispositivos hasta el momento, ya con este balance se recomienda identificar los roles y responsabilidades que pueden asignarse para desarrollar el plan, analizar los datos y establecer una serie de toma de decisiones (Zúñiga Robles, 2019). 

El quinto paso es establecer objetivos, que están enfocados en transformar los entornos, los productos y servicios para que sean accesibles y realizar las capacitaciones necesarias, de igual forma se debe buscar la sostenibilidad y perdurabilidad de estas acciones. Se sugiere establecer las prioridades de desarrollo de los objetivos de acuerdo con las necesidades que se consideren más apremiantes para comenzar la gestión. Finalmente, se recomienda planificar las acciones para alcanzar los objetivos propuestos, teniendo en cuenta los tiempos, presupuestos y el posible impacto sobre el patrimonio; además de ello, es adecuado realizar un monitoreo y evaluación de las acciones realizadas y un seguimiento y medición de los resultados (Zúñiga Robles, 2019).

Objetivos para lograr un acceso participativo e inclusivo al museo

Dentro de los objetivos para lograr la accesibilidad en los museos un aspecto básico es la sensibilización y capacitación de todo el personal vinculado directa e indirectamente con el museo, lo cual incluye desde las directivas, hasta el personal de limpieza y vigilancia. Esa capacitación va enfocada en conocimientos básicos referentes al autismo y de museología accesible, para ello, tal y como propone Zúñiga, se pueden desarrollar simulaciones de situaciones (Zúñiga Robles, 2019), con el fin de hacer una gestión de riesgos con el personal y establecer estrategias de manejo. Para el caso del autismo se puede simular una crisis, una manipulación de las colecciones no autorizada, el extravío de la persona o una situación de discriminación. De igual manera será necesario vincular al área de comunicación interna para que difunda las estrategias acordadas y los avances que se desarrollen en el plan de accesibilidad a todo el personal del museo. Otra estrategia es realizar sensibilización y talleres con los públicos para que conozcan más acerca del autismo. 

En el espacio físico se pueden desarrollar una serie de ajustes arquitectónicos para el acceso de personas con movilidad reducida, como la adaptación de rampas, pasamanos y elevadores. Dentro de las salas los diseños de las exposiciones deben tener un espacio de circulación adecuado para que una persona con movilidad reducida pueda transitar; además se puede brindar un servicio de préstamo de silla de ruedas, de banquetas móviles y de bastones; otra medida es crear plazas exclusivas dentro del estacionamiento, las salas de conferencias y los sanitarios, así como adecuar bancos durante el recorrido para que las personas puedan tomar un descanso, estas gestiones permitirán facilitar el tránsito y el acceso a todas las áreas del museo (Zúñiga Robles, 2019).

En el ámbito del diseño se pueden manejar una serie de pautas de accesibilidad como desarrollar textos con letra ampliada y ajustes en los contenidos para que sean comprensibles a todo público, lo cual ha de desarrollarse en el contenido del museo, de sus redes sociales y páginas y en las cartillas informativas. La página web debe permitir la navegación con comandos de voz y debe tener un diseño de interfaz que facilite la navegación y la comprensión de los contenidos que se presentan. Respecto a la iluminación es conveniente evitar los cambios bruscos de intensidad luminosa dentro del museo; se puede mantener una iluminación homogénea e indirecta para evitar deslumbramientos o brillos y es adecuado evitar el uso de luces de neón. Por otra parte, la señalética del museo debe ser fácil de identificar y comprensible y se puede realizar con pictogramas. Los paneles informativos se pueden situar a una altura adecuada para usuarios de sillas de ruedas o personas de baja estatura. La información audiovisual puede llevar subtítulos y audiodescripción (Zúñiga Robles, 2019).

Desde el área administrativa se pueden organizar horarios y jornadas especiales para que la población autista pueda ingresar al museo, con el fin de que asistan cuando hay una menor afluencia de público. Se puede plantear dentro de las medidas administrativas ofrecer descuentos y cortesías para el ingreso a cuidadores y a personas dentro del espectro que por sus ingresos económicos lleguen a tener dificultades para lograr el acceso al museo.

De igual forma en esas jornadas o espacios que se proyecten para la población autista, el área educativa puede desarrollar propuestas de actividades como recorridos guiados adaptados y talleres didácticos sobre las temáticas que manejan dentro del museo o de las exposiciones que se presentan.

Actividades dirigidas a niños en el espectro autista en el Museo de Energía, Ponferrada, España Cardenal (2017)

Si se quisiera llegar a ampliar la información referente a los requerimientos de la población autista para su visita al museo, una buena herramienta son los estudios de públicos, para dar cuenta de la duración de su visita, los horarios de ingreso y salida, si vienen acompañados o no, sus intereses y gustos, el tiempo de duración dentro de cada sala, la comprensión de los contenidos, sus posibles dificultades de acceso, la atención del personal y la relación con otros visitantes, entre otros aspectos (Pérez Castellanos, 2017).

Dejando a un lado los objetivos básicos con los que debería contar un museo para el acceso de la población autista, y pensando nuevamente en la definición actual del museo, ya esta institución dejó de pensarse como un espacio contemplativo, de transmisión del conocimiento vertical, el ICOM propone que el museo se convierta en un espacio para la participación y creación desde el intercambio de conocimientos con los públicos, en este caso, uno de los objetivos debería ser lograr la vinculación activa de la población autista al museo, lo cual considero puede lograrse desde las áreas de curaduría y recursos humanos.

Una de las grandes dificultades que tienen los artistas emergentes es la escasez de recursos económicos para solventar la dedicación al arte y lograr el acceso a los circuitos de creación y difusión del arte. Existen dentro de la población de jóvenes y adultos autistas poetas, literatos, músicos, artistas visuales, ilustradores, entre otros, que llegan a encontrarse con esos retos como artistas y para quienes una beca de fomento o la posibilidad de participar dentro de las exposiciones propuestas en los museos, puede permitirles desarrollarse en el ámbito artístico.

Por otra parte, dentro del ejercicio para lograr la inclusión de la población autista, una curaduría colaborativa permitiría incluir las ideas y propuestas de la población autista sobre lo que podría llevarse a cabo dentro de una exposición o en el manejo de una colección. También se pueden crear espacios de participación a partir de formularios, talleres o reuniones donde ellos puedan llegar a plantear propuestas sobre temáticas que les gustaría ver en el museo o ajustes que ellos identifiquen que pueda mejorar la experiencia en el museo.

Finalmente, se reconoce dentro de la convención sobre los derechos de las personas con discapacidad la importancia de la inclusión laboral (ONU, 2020). Los museos, al igual que otras instituciones, pueden enriquecer sus apuestas y lograr nuevos aportes y perspectivas dentro de su equipo de trabajo vinculando población autista en diferentes campos.

Existen muchas propuestas que se pueden desarrollar dentro de los museos en búsqueda de la participación efectiva para la población autista, pero también hay muchos retos para lograr materializar algunos de estos objetivos, es por ello que la segunda parte del artículo hablará de los planes y propuestas que se han desarrollado actualmente dentro de los museos para generar esa participación y accesibilidad.

Angela Patricia Melo Ospina

Lic. Antropología social Universidad Nacional de Colombia

Estudiante de maestría en antropología social CIESAS CDMX

Estudiante de maestría en museología y gestión del patrimonio Universidad Nacional de Colombia

Referencias:

Cardenal, A. (21 de 05 de 2017). El Museo de la Energía se abre al autismo. La Nueva Crónica. Diario Leonésde información general.

ICOM . (24 de 08 de 2022). El ICOM aprueba una nueva definición de museo. Recuperado el 22 de 10 de 2022, de https://icom.museum/es/news/el-icom-aprueba-una-nueva-definicion-de-museo/

Nielsen, H. (3 de 05 de 2022). Denver Art Museum. Obtenido de Un Museo Más Inclusivo: https://www.denverartmuseum.org/es/blog/more-inclusive-museum

ONU. (2020). La convención sobre los derechos de las personas con discapacidad. México: CNDH.

Pérez Castellanos, L. (2017). Estudios sobre públicos y museos. Volumen II. Apuntes para pasar de la teoría a la práctica (Vol. II). Ciudad de México: INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA INAH.

Zúñiga Robles, L. (2019). Manual de accesibilidad para museos. Lima: Museo de Arte de Lima.

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