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«Espectro autista», término que no te dice nada cuando diagnostican a tu hijo, sólo yendo a las terapias y el tiempo vivido junto a tu hijo logra vislumbrar algo de esperanza, pero tampoco hay certeza del futuro de tu hijo… esfuerzo, perseverancia, entereza, resiliencia, empeño, empatía, paciencia, etc. son sólo algunas características que desarrollarás al pasar por esta experiencia… Pero también hay quienes experimentan estrés, frustración, desesperanza, tristeza, miedo, de no saber si tu hijo podrá valerse por sí mismo.

La esperanza y la confianza son fundamentales, para saber que estás haciendo todo lo posible para darle las herramientas necesarias para que pueda enfrentarse a una sociedad complicada, difícil, a su vida independiente…  y que tendrán que hacerlo de forma completamente individual; eso asusta, preocupa ya que depende del «grado» de autismo, se requieren de mucho o poco apoyo, para su mejor desarrollo de habilidades.

A pesar de todos los claroscuros que se presentan en esta situación, son muchísimas las satisfacciones que se tienen cuando se suman el esfuerzo, la paciencia y el trabajo en equipo de los involucrados, los frutos que van apareciendo generan felicidad y esperanza… Y aunque parecieran siempre distantes, «en su mundo», no es así, lo ve y oye todo, tal vez no pueda o no sepa cómo comunicarse con palabras o señales tradicionales, pero las miradas no pueden fingirse, y los ojos de mi hijo y de  todos los autistas en general, expresan amor y nobleza, sus ojos nos dicen todo lo que desean, ojalá el mundo fuera empático para que no tengan futuros inciertos.

Como reflexión podría decir qué, el peor error que puedes cometer como padre es idealizar a los hijos, ya que les están imponiendo un peso que no pidieron y que no les corresponde cargar ni cumplir para ti. Yo lo cometí, siempre me pensé e imaginé contestando todos los ¿por qué…? que mi hijo tuviera, todas sus dudas; siempre me vi jugando a los carritos… Resultó que mi hijo a sus 4 años 7 meses es un niño diagnosticado autista no verbal, un golpe muy duro para mí, que me había idealizado muchas cosas qué, aunque podrían cumplirse algún día, tal vez nunca pase, al menos no como lo imaginé o como lo idealicé… cuando me mira a los ojos, siento cómo me pregunta tantas cosas al mismo tiempo y de tantas formas distintas que no sé cómo reaccionar y me quedo sorprendido sin saber que hacer o qué decir. Todos somos distintos y cada quien será como deba ser…

Permite que tu hijo crezca como desee, sin forzar una dirección o velocidad de desarrollo de acuerdo a tus intereses o deseos, solo guíalo a su ritmo, para que no se salga del camino o dejé de esforzarse por salir adelante.