Síndrome de Burnout
La mayoría de las veces los demás no notan tus síntomas. Es indispensable que tú los expreses

Síndrome de Burnout

Por:  María Angelina Silveyra Baquedano

¡TÚ PUEDES! ¿Has escuchado esa frase? Te la han dicho repetidamente ¿o tal vez tú te la repites como mantra cada madrugada al despertar? (Porque estoy segura que despiertas de madrugada, de lo contrario, el tiempo de sol no sería suficiente). Y es que todo lo que implica llevar una casa, la comida, la lista de las compras que tienes en mente porque no has tenido tiempo de escribirla, los pendientes de la escuela de los niños, los cuidados específicos de tu hijo o hija con discapacidad, los cumpleaños de tu familia y de la de tu pareja, los pendientes de todos, más los tuyos propios (la cita con el ginecóloga, las consultas de los niños, la clase abierta, el viaje de tu pareja), la presión social, la carga laboral, la gestión económica, mas todas tus emociones, no son poca cosa. Podría hacer esta lista mucho más extensa, pero me siento agotada tan solo de escribirla. 

¿Alguna vez habías escuchado sobre el síndrome de burnout? Este síndrome fue descrito por primera vez por Herbert Freudenberger en 1974. Primero lo estudió en trabajadores que sufrían una progresiva pérdida de energía, síntomas de ansiedad, depresión, desmotivación y agresividad como afección característica de las profesiones de servicio. Posterior a ello han surgido muchas investigaciones vinculadas a la maternidad y al cuidador primario de personas con discapacidad (PcD), adultos mayores, enfermedades crónico degenerativas, entre otras afecciones. Hablando propiamente de lo que nos atañe, que es maternidad y cuidados, estos síntomas aparecen cuando estamos sometidas a cargas intensas y prolongadas de actividad tanto física como emocional.  Se trata de un conjunto de signos y síntomas propios de los periodos de estrés y agotamiento a los que nos enfrentamos como mamás, cuidadoras de PcD y cabeza de familia. Actualmente tenemos que dividir nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestras emociones entre las actividades laborales dentro y fuera de nuestro ambiente de trabajo, la crianza de nuestros hijos,  de la pareja y toda la carga mental que eso implica, además de las presiones internas y externas,  sociales y culturales impuestas al rol de madre y al los estereotipos de género. El Síndrome de burnout se puede traducir al español como “síndrome de cuidador quemado” o “síndrome del cuidador agotado”.

cuando ya no puedes más
¿cómo saber si ya has llegado a tu límite?

El punto crucial de conocer este síndrome, es reconocer el impacto que genera en la salud física y emocional y que por ende, se manifiesta en nuestro desempeño diario. Existen síntomas psicosomáticos tales como dolor en el pecho, cansancio extremo, problemas gastrointestinales, dolor de cabeza, dolor muscular, insomnio, etc. y hay síntomas emocionales como crisis de ansiedad, ataques de pánico, frustración, ganas de llorar, neurosis o cambios bruscos de estado de ánimo, pérdida de paciencia, soledad, distanciamiento afectivo, culpa, entre otras.

Además de reconocer y aceptar en nuestro cuerpo los signos y síntomas descritos anteriormente, ¿qué hay que hacer? Busca tribus de apoyo con otras personas que estén pasando por lo mismo que tú. Recuerda que no estás sola. Comparte tus experiencias y nútrete con las experiencias de aquellos que ya pasaron por algo similar.  

Busca "tribus" o redes de apoyo

Aprende a pedir ayuda y a delegar responsabilidades, si tienes una pareja habla con él o ella de corresponsabilidad, repartan equitativamente las tareas y hagan acuerdos de cumplimiento e incumplimiento. La mayoría de las veces los demás no notan tus síntomas. Es indispensable que tú los expreses.

acepta ayuda
Pide y acepta ayuda

Recuerda que negarlos también es un síntoma.  Haz listas que te permitan tener una mejor organización, echa mano de los recursos tecnológicos que actualmente tenemos en la palma de nuestra mano. Hay muchas aplicaciones que fueron diseñadas para facilitarnos la existencia. NO ERES LA MUJER MARAVILLA, repito y subrayo NO ERES LA MUJER MARAVILLA  y no tienes por qué serlo. Prioriza tus actividades y recuerda que si tu no estás bien (física y mentalmente) las personas a tu cuidado y el resto de los miembros de tu familia lo perciben y lo padecen. Busca apoyo psicoterapéutico, no hay como un especialista que te guíe y te acompañe en estos procesos, que te ayude a encontrar estrategias y alternativas específicas parque mejores tu relación con las preocupaciones de la vida cotidiana. Esas no van a cambiar ni van a disminuir, pero tu manera de afrontarlas sí.

Por:  María Angelina Silveyra Baquedano

Maestra de Educación Especial y Necesidades Educativas Especiales por la Universidad de Guanajuato.

Licenciada en Comunicación Humana egresada de la Universidad de las Américas, 

Directora y fundadora de la Asociación Civil Educación Especial MAS+. Centro Escolar y Terapéutico.

Actualmente participa en Autismo Ciudad de México.

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