Lo que puede lograr la amistad de un gato con un niño o niña con TEA
Lo que puede lograr la amistad entre un niño o niña con TEA y un gato

Lo que puede lograr la amistad de un gato con un niño o niña con TEA

Los animales y los niños tienen una larga historia de amistad y compañía, son múltiples los beneficios de tener una mascota y en las últimas décadas también se ha destacado su valor terapéutico.

La Gatoterapia, que básicamente consiste en vivir con un gato,  ha demostrado ser de gran ayuda para personas con autismo, TDAH, Alzheimer, adultos mayores, entre otros. Se considera que un gato puede ayudar a reducir el estrés, mejorando la salud física y mental y por tanto la calidad de vida.

Por ejemplo, un estudio publicado  por la revista científica Hypertension  concluye que «Un mayor apoyo social a través de la propiedad de una mascota reduce la respuesta de la presión arterial al estrés mental»K. Allen, B. E. Shykoff y J.L. Izzo Jr.(2018).   

Acariciar a los gatos estimula la segregación de serotonina y dopamina, dos neurotransmisores que favorecen la relajación a nivel cerebral. Además de fomentar la producción de oxitocina, conocida como la hormona del amor, ya que tiene gran influencia en la formación de relaciones sociales y afectivas.

El ronroneo produce un efecto tranquilizador,  ya que su frecuencia de 25 a 50 hercios  genera endorfinas, que estimula las zonas del cerebro donde se generan sensaciones placenteras,  así como serotonina y dopamina. 

Las personas dentro del Espectro Autista  tienen déficit en la comunicación tanto verbal como no verbal, así como en las habilidades sociales, lo que puede motivar un grado de aislamiento social  y de falta de reciprocidad comunicativa.  Sin embargo, en muchos casos, el tener una mascota crea no sólo un vínculo afectivo, sino que también abre un canal de comunicación. Una mascota es un compañero incondicional, un amigo.

Desde luego, debemos recordar que en el autismo no exiten las generalizaciones y que si bien algunas personas autistas sienten un gran amor por los gatos o ailurofilia, bien puede haber otras a las que los felinos no le sean de agrado. 

imagen de Erik-Jan Leusink en Unsplash

La conexión con los gatos bien puede deberse a que estos tienen un carácter tranquilo, se mueven despacio, son reservados e independientes, no muestran su ansiedad, pero son curiosos y graciosos. Cuando esa conexión se da, se vuelven sus mejores compañeros, se fomenta la confianza y  eso permite desarrollar mecanismos de comunicación.

De cuando en cuando, las redes sociales nos permiten conocer casos como el que se ilustra en el vídeo, en que el gato logra tranquilizar suavemente al niño que está pasando por una crisis.

 ¿Eso hace al gato una mascota ideal para un niño/a dentro del espectro autista? 

Puede ser, pero toda conexión debe ser espontánea, por eso es mejor que el niño escoja a su mascota; algunos tal vez prefieran un perro u otro animal de compañía.  La mejor mascota depende de la personalidad y afinidad de  la persona que la adopta.  Y desde luego influye en consenso familiar, pues para que el entorno sea positivo el contexto debe ser favorable.

También parece influir el momento de la vida en que la mascota llega a la vida del niño.  Según investigadores franceses,  los niños que recibieron  a su mascota a partir de los 4 o 5 años, mejoraron enormemente en la empatía social,  la capacidad de  compartir, de comprender las emociones de otros y brindar consuelo, es decir, en la teoria de la mente.

Se pueden encontrar numerosos testimonios de la amistad entre niños que viven con autismo y sus gatos, aquí sólo citaremos algunos ejemplos,  si bien conocidos, muy ilustrativos de lo expuesto anteriormente:

Iris Grace y Thula

Iris Grace y Thula. Imagen de fondo: Iris Grace, 2015, "Raining cats", galería digital irisgracepainting.com

Tal vez este sea el caso más conocido, ya que sobre la artista Iris Grace Halmshaw, se han realizado varios reportajes e incluso un libro, escrito por su madre, Arabella Carter-Johnson.

A Iris le diagnosticaron autismo severo a los dos años de edad.  Sus padres  ya habían intentado terapia con animales, pero ni los perros ni los caballos parecieron ser lo indicado.

Pero  cuando la familia tuvo que cuidar temporalmente  al gato de un hermano mayor, hubo un buen contacto entre la niña y el felino. Entonces  sus padres investigaron  sobre las razas de gatos y se decidieron por un Maine Coon, raza que se distingue por ser cariñosa, amable y  a la que curiosamente,  le agrada el agua.

Desde el primer día la relación entre ambas fue muy positiva. Algunas de las actividades que eran difíciles de lograr con Iris, en la compañía de Thula mejoraban enormemente.  Iris tenía problemas para dormir, pero teniendo a Thula con ella, pudo conciliar el sueño tranquilamente. Del mismo modo, la hora del baño se convirtió en una experiencia agradable, a pesar de que la pequeña usualmente  le tenía miedo al agua.  La tranquilidad que Thula inspiraba en Iris, les permitió realizar por primera vez un viaje largo y también hizo que mejorara su comunicación con los demás y comenzara a extender su expresión verbal. Y es que según Peter y Arabella, padres de Iris, Thula se convirtió en un verdadero «regalo del cielo», logrando que la niña bajara su nivel de ansiedad, manteniéndola más calmada y más segura de sí misma. Y se convirtió también en su fiel compañera de lo que más le gusta hacer a Iris, pintar.

La obra pictórica de  Iris Grace está disponible en la galería digital del sitio web irisgracepainting.com a través del cual, también se intenta hacer labor de  concientización sobre el autismo. 

“El autismo ha ampliado mis percepciones sobre cómo educar a un niño. No tiene que ser en el aula, puede ser donde quiera que el niño se sienta más cómodo, usando sus propios intereses para inspirarlos.»  Carter-Johnson A. (2015)

Richard Manerling, Clover y otros amigos felinos

"Amistad". Imagen de Wstafale en Pixabay

«…en una esquina había un gato del smoking en blanco y negro. De repente mi hijo no-verbal de cuatro años de edad, señaló a la jaula y le dijo “¡Gato!”?? Eso fue todo. Ese día se llevó el gato a casa.»

Manerling J., (2010)

Cuando Richard tenía cuatro años y  aún era no-verbal, su madre murió, dejándolo a él y a su hermana de 9 años bajo la custodia del padre, quien se desarrollaba en las neurociencias. Había leído la historia de una niña autista que «había salido de su mundo interior», gracias a la relación con los caballos y decidió intentarlo, pero Richard no mostraba gran interés por los equinos. Fue entonces cuando visitaron un  refugio para animales, buscando tal vez un perro, pero entonces sucedió… hubo una conexión inmediata entre Richard  y el gato, al que con ayuda de su hermana le pusieron por nombre Clover. 

“Desde el primer día oímos a Richard tener conversaciones con Clover (el gato), cuando nadie estaba mirando. Tenía lenguaje. Necesitaba a alguien con la paciencia para escuchar y que no le pidiera repetirse o explicar lo que quería decir. Clover tenía todas esas cualidades. Más tarde añadimos a Tigger a nuestra familia. Esta vez lo nombró Richard, otro gran avance.”

Unos años más tarde, cuando Richard ya estudiaba arte en la universidad, su gatos Linus y Melody se convirtieron no sólo en sus compañeros de estudios, sino también en sus «críticos». 

En la percepción de la familia Manerling, la relación con los gatos  ayudó a Richard desarrollar mejor  comunicación social, a hacer amigos y a convivir con mayor seguridad  y a no avergonzarse de su autismo. 

“Los gatos son como Yo. Ven todo y piensan en ello cuando todo el mundo piensa que no están prestando atención y que sólo hablan cuando tienen algo que decir” Richard Manerling (2010)

Fraser Boot y Billy

Fraser Boot y Billy. Fotos de Bruce Adams para DailyMail

“Billy ha hecho completamente diferente nuestra vida familiar, le ha quitado tensión, ha añadido felicidad, y un aire de calma, que ha sido increíble.”

Fraser Boot fue diagnosticado con autismo a los 18 meses.  Cuando su familia decidió adoptar un gato acudieron a una protectora de animales y ahí conoció a  Billy un gato que había sido recatado del abandono.

La conexión fue inmediata. Billy estaba todo el tiempo atento al niño y podía sentir los cambios en sus emociones, en especial en su frustración y ansiedad, que buscaba tranquilizar acercando su cabecita para confortarlo y jugar con él, con lo que poco a poco fue logrando que Fraser saliera de su aislamiento.

Como consta en estos tres testimonios, los gatos representaron un importante cambio en la vida de los niños dentro del espectro autista y sus familia.

Pero debemos ser cautelosos al momento de decidir adoptar un gato,  recordando siempre que una mascota no es un juguete, es un ser que requiere cuidados y respeto, cariño y su propio espacio. Y que antes que nada debemos estar preparados para adoptarlo, empezando por asegurarnos que en la familia no hay personas alérgicas a los gatos, ni con ailurofobia (miedo extremo a los gatos). Tener una mascota significa cuidar responsablemente de un ser vivo, inculcar esa responsabilidad en los niños los ayuda a madurar, pues su acciones tienen consecuencias tangibles y debemos hacerlos conscientes de ellas.

Debemos tomar en cuenta que un gato requiere 4 espacios esenciales: Zona de aseo, donde estará su arenero, que debe ser un espacio bien ventilado. Zona de juego, donde pueda rascar a gusto (eso evitará que dañe tus muebles). Zona de alimentación (bien lejos de su arenero). Y su zona de descanso.

Desde luego, no debemos olvidar las visitas al veterinario, ni dejar de considerar los gastos de alimentación, juguetes, vacunas y el resto de lo que comprende la  manutención del felino.

Se aconseja adoptar un gato adulto, que será mucho más tranquilo que un gatito, pero para quienes prefieran adoptar a un pequeñín tendrán que tomar en cuenta su entrenamiento.

Un gato puede ser una muy buena compañía, un amigo, un terapeuta y un miembro de la familia.

¿Qué mayor regalo que el amor de un gato?

Charles Dickens

Referencias

Allen K.,  Shykoff B. E. e  Izzo Jr J.L., (1 Abr. 2018) Pet Ownership, but Not ACE Inhibitor Therapy, Blunts Home Blood Pressure Responses to Mental Stress. Recuperado de: https://www.ahajournals.org/doi/full/10.1161/hyp.38.4.815

Romero, V. (20 mar. 2018) 5 cosas que debes saber antes de adoptar un gato. Recuperado de:  https://www.expertoanimal.com/5-cosas-que-debes-saber-antes-de-adoptar-un-gato-20935.html

Última hora (23 Nov. 2017) Gatoterapia, una nueva forma de liberarse del estrés. Recuperado de https://www.ultimahora.com/gatoterapia-una-nueva-forma-liberarse-del-estres-n1120452.html

  Infobae (15 Abril 2016) Iris Grace y Thula, la increíble historia entre una niña autista y su inseparable gato. Recuperado de: https://www.infobae.com/2016/03/15/1797228-iris-grace-y-thula-la-increible-historia-una-nina-autista-y-su-inseparable-gato/

Rovati, L. (02 jul. 2015) Los gatos ayudan a los niños con autismo a mejorar sus relaciones sociales. Recuperado de: https://www.bebesymas.com/desarrollo/los-gatos-ayudan-a-los-ninos-con-autismo-a-mejorar-sus-relaciones-sociales

Schnauzi (2012) Billy, un gato abandonado y adoptado que ayuda cada día a un niño autista. Recuperado de: https://www.schnauzi.com/billy-un-gato-abandonado-y-adoptado-que-ayuda-cada-dia-a-un-nino-autista

Szalavitz, M. (02 ago. 2012) Pets can help autistic children learn to share and comfort others, Recuperado de: https://healthland.time.com/2012/08/02/pets-can-help-autistic-children-learn-to-share-and-comfort-others

Hemmingway cats  adventures (27 oct. 2010) Cat Therapy for autistic children.  Recuperado de: http://hemmingwayscatsadventures.blogspot.com/2010/10/cat-therapy-for-autistic-children.html?m=1

Laura G. Tejeda G.

Madre de una persona dentro del Espectro Autista. 

Difusora de información sobre TEA.

Miembro del Comité de Comunicación Autismo Ciudad de México.

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