Por: María Angelina Silveyra Baquedano
Todos los humanos a lo largo de nuestra vida estamos expuestos a muchos estímulos (unos mejores que otros). Nuestra capacidad de responder a esos estímulos se va desarrollando desde el nacimiento hasta los ocho años, que es cuando nuestros sentidos alcanzan su máxima capacidad y están alerta para almacenar la información. Durante los primeros ocho años ¡Todo es nuevo!; y es por ello; que estimular los cinco sentidos, es tan importante. Además es el periodo en el que el cerebro cuenta con mayor plasticidad, lo cual quiere decir que está ávido de aprendizaje y tiene todos los canales dispuestos para recordarlo y usarlo en el mejor momento.
Por tal motivo, al recibir un nuevo bebé en casa, frecuentemente escuchamos sobre ESTIMULACIÓN TEMPRANA”, pero, ¿qué sucede cuando nuestro bebé tiene requerimientos adicionales o “Barreras para el aprendizaje y la participación” o cuando tenemos la sospecha de que el ritmo de desarrollo en las áreas intelectual, social, emocional, motriz o comunicativa va desfasado. Para esos casos existe la “INTERVENCIÓN TEMPRANA”, que, como su nombre lo indica, busca proveer de herramientas a niños entre los 45 días de nacidos y los 4 años, que no hayan logrado adquirir los patrones motores básicos y requieran intervención en sus habilidades funcionales y/o ayuda para mejorar su coordinación muscular, equilibrio y postura, para realizar las actividades normales de cada día. ¡Todos los bebés necesitan estímulo!, pero que mejor que sea dirigido y acorde a sus propias necesidades para cada etapa.
La Intervención Temprana diseña planes de trabajo específicos para cada bebé, y no solamente estimula los sentidos de manera regular, sino que propone realizar una valoración, que dé como resultado aquellos requerimientos individuales de nuestros bebés. Por ejemplo: Nacimiento prematuro, tono muscular alto o bajo, luxación de cadera, pérdida de audición, sospecha de autismo o sencillamente un desfase en el desarrollo que se puede compensar con Intervención antes de que se vuelva crítico.
Además expande estas herramientas extraordinarias a los papás y cuidadores para que puedan continuar ejercitando todas las áreas de desarrollo en casa. También les brinda opciones terapéuticas, para que puedan acceder a técnicas específicas que fomenten la adquisición de habilidades en todas las áreas de desarrollo. A veces la intuición nos dice que algo anda mal, pero las sugerencias de amigos y familiares indican que “cada niño tiene su ritmo” y si bien es cierto, nunca está de más apoyar a nuestros hijos para alcanzar los hitos de desarrollo.
Con la única finalidad de que su crecimiento sea sano y que todos los aprendizajes que van ligados a ese, que “le cuesta más trabajo”, no se vean retrasados por algo a lo que se le pudo dar solución desde el principio.
Si tienen alguna duda o requieren ampliar la información pueden enviar un correo a:
María Angelina Silveyra Baquedano
Maestra en Educación Especial y Necesidades Educativas Especiales por la Universidad de Guanajuato.
Licenciada en Comunicación Humana egresada de la Universidad de las Américas.
Directora y fundadora de la Asociación Civil Educación Especial MAS+. Centro Escolar y Terapéutico.
Actualmente participa en Autismo Ciudad de México.
Ponente y capacitador en varios foros de Educación Especial y participa activamente en el Laboratorio de Investigación de Educación Especial MAS+