Por: Melissa Barrios Gutiérrez
¿Alguna vez has sentido que tus hijos «no te hacen caso” o piensas que no te escuchan? Seguramente todos hemos tenido días buenos o malos en los que pensamos que no somos escuchados y no sólo por tus hij@s, si no en general.
No me desviaré del tema, más bien, quisiera comenzar con un ejemplo. Imagina que estás molesto con alguien porque hizo algo que no estuvo bien y te afectó. Cuando intentas decírselo, su respuesta es algo así como: “No. Tú no estás enojado. Sólo estás exagerando”. ¿Cómo te sentirías?
Lo mismo pasa cuando intentamos convencer a nuestros pequeños de que sus emociones o pensamientos no son lo que ellos nos dicen, en especial cuando manifiestan algo que nos resulta incómodo, ejemplo: “Mi tía me cae mal”, “No me gusta ir a la casa de Luis”. Quizás recuerdes alguna ocasión en la que dijiste: “No. Lo que estás diciendo no está bien” o “No es verdad”. Si nos pusiéramos en su lugar ¿te sentirías escuchado? Seguramente no.
Con frecuencia es más sencillo escuchar y reflexionar sobre los sentimientos positivos y ayudarle a poner nombre a los que siente pero, ¿qué pasa con las emociones negativas? Es aquí donde se necesita más apoyo. Sabemos que la expresión de todas las emociones es importante, sin embargo, en ocasiones sin darnos cuenta, limitamos la expresión de las emociones en nuestros hij@s.
Al respecto, la organización vivir mejor en su libro “Cómo hablar para que los niños escuchen y cómo escuchar para que los niños hablen” (2007), proponen algunos consejos para ayudar a tus hij@s a expresar sus sentimientos:
1.-Escucha con atención lo que intentan decirte.
2.- Acepta sus sentimientos.
3.-Intenta no interrumpir, no interrogar y no culpar, recuerda “escucha”.
4.-Dales un nombre a los sentimientos de tus hijos.
5.-¿Qué tendría de malo preguntar por qué se siente así?
6.- Tal vez la razón por la que se siente así no parece lo suficientemente válida para ti pero, recuerda que para ellos sí.
7.-Escuchar no significa que estás de acuerdo con algo.
8- Puedes ayudarlo a elaborar un plan o proponer estrategias para no sentirse así o resolver algún conflicto.
9.-Intenta darle espacio para pensarlo.
10.- Es más probable que tus hijos te compartan cómo se sienten, si fomentas una relación de confianza y comprensión.
Recuerda que tus pequeños son seres independientes y ellos están viviendo sus propias experiencias. Nuestro trabajo como adultos es orientarlos siempre.
Referencias
Cómo hablar para que los niños escuchen y cómo escuchar para que los niños hablen (2007). Recuperado del sitio de internet de vivir libre.org:
http://www.contusguaguas.com/uploads/2/1/0/7/21075456/como_hablar_para_que_los_ninos_escuchen.pdf
Melissa Barrios Gutiérrez
Maestría en Neuropsicología Clínica (en proceso de titulación)
Licenciada en Psicología por la UNAM. Cédula 08790317
Autora de artículos de divulgación en Revista Kids Emotion.
Miembro del equipo de Comunidad Unique.
Íconos y enlaces activos. Pulse para acceder.