Por Tere Acosta
Cuentos, fábulas, rima y poesía; infinidad de recursos que se pueden transformar en el vehículo para llevar a los niños a enamorarse de la lectura, y en el camino para adquirir habilidades que optimicen su lenguaje, entonación, ritmo, imaginación y creatividad a la vez que sienten las bases del pensamiento crítico y se conviertan en la columna vertebral de su desarrollo, sea este típico o especial.
Es necesario para lograr estos objetivos invitar a los niños desde bebés a compartir lecturas, creando momentos agradables, divertidos entre padres e hijos y de complicidad para leerles en voz alta y compartir esos instantes significativos que refuercen el apego positivo. Al tener memoria de estos momentos de conexión con seres queridos, relacionados a una actividad gratificante, quedará en su memoria emocional, lo que resultará en desear repetir la experiencia de relacionarse con los libros al evocar como algo muy satisfactorio sus primeras experiencias. Jamás debemos imponer la lectura a un niño pequeño, sería contraproducente en la relación amor/ libro.
Al tener acercamientos con la lectura compartida, es importante resaltar que lo ideal sería llevarlo a cabo con el libro en físico, de tal forma que el estímulo lector que el niño reciba sea a través de no más de tres vías sensoriales, de tal forma que pueda discriminarlos, percibirlos, asimilarlos y dar una respuesta consciente a éstos, sentando las bases en su desarrollo para el análisis de información que resulte en un pensamiento crítico, lo cual es imposible si la experiencia tiene lugar con múltiples estímulos simultáneos, como es el caso de la lectura a través de medios electrónicos con texto, sonido e imagen, además de la voz del lector, que saturan la atención y concentración de sus vías de percepción, imposibilitando el correcto análisis de la información al estar obligando a su cerebro, aún en desarrollo, a atender y dar respuesta adecuada a todos los mensajes captados.
Para ejemplificar lo anterior, imaginemos a un niño de desarrollo típico de cuatro años en la sala de su casa, comiendo galletas y jugo y viendo un programa de televisión. Su oído percibe el sonido de la televisión, de los personajes, la música de fondo, sus hermanos platicando, sus sonidos al masticar y beber sus galletas, más los ruidos exteriores de su casa, sus ojos deben estar atentos al programa, a cuidar su vaso de jugo y galletas, más todo lo que captan que lo rodean. ¡Su cerebro está en formación! No le es posible recibir, procesar y dar una respuesta cognitiva a su medio ambiente. Ahora imaginen un niño TEA con dificultades de procesamiento sensorial.
Los aprendizajes llegan suavemente, en secuencia dando tiempo a los órganos sensoriales de enviar señales al cerebro, que éste las capte, las analice, las compare con experiencias anteriores, experimente una emoción, positiva preferentemente, para que tengan lugar de manera exitosa.
En el caso de niños especiales particularmente, es importante resaltar la importancia que adquiere la convivencia, ya que los niños además de las ventajas antes mencionadas, tendrán la posibilidad de percibir tonos de voz, lenguaje no verbal que enriquece su desarrollo y apoya las áreas de otro tipo de comunicación. En el caso de niños TEA, el tener una interacción de uno a uno, independientemente de su nivel de lenguaje comprensivo, el observar las ilustraciones será de ayuda en una mejor comprensión del mundo que le rodea y aumentará sus posibilidades de adaptación a su entorno.
Al seleccionar el material y contenidos de cuento, fábulas o poesía para los chicos debemos basarnos en sus intereses y necesidades de desarrollo típicas o especiales, ya sea para alcanzar objetivos o bien para ampliarlos.
Los cuentos son un fabuloso recurso para nuevos aprendizajes en diversas áreas y fundamentales en el manejo de emociones y adquirir alternativas en la solución de conflictos, así como para trabajar el pensamiento lógico y la inferencia.
Las fábulas con sus moralejas nos ayudan en la adquisición de valores, la forma de llevarlos a la práctica a la vida diaria y el fomento de la imaginación, lo cual también puede completarse con conversaciones derivadas.
La rima y la poesía nos proporcionan los recursos para trabajar ritmo, entonación y análisis semántico a través del estudio de las metáforas, comparaciones y otros recursos literarios, lo que agrega valor en el caso de niños tea con dificultades de lenguaje al poder hacer atractiva la terapia de lenguaje si agregamos música a las rimas o poesía, multiplicando las áreas de oportunidad.
Al trabajar la lectura con los niños debemos compararlo con exprimir una naranja e intentar extraer todo el jugo que sea posible con actividades derivadas de la misma, que podemos planear con anticipación para tener una experiencia exitosa y tener presente que la literatura nos da la oportunidad de encontrarnos a nosotros mismos y llevar a cada niño de la mano a descubrirse a si mismo y encontrar un tesoro en las emociones, vivencias y experiencias de los personajes de cada cuento, fábula o poema que acariciará su ser.
Tere Acosta
Mediadora del PNSL
Sala Infantil Entre Cuentos y Versos
SEMBLANZA
TERE ACOSTA (TAMAULIPAS)
Escritora de ensayo, cuento y poesía social, activista de discapacidad, tallerista, conferencista, mediadora del Programa Nacional De Salas De Lectura.
Su poesía ha sido incluida en 15 antologías internacionales, ha colaborado en revistas digitales internacionales con temática de discapacidad, equidad de género, infantil y huasteco. Ha publicado El Silencio del Popocatépetl, poesía y narrativa para comprender la discapacidad, Autismo y Asperger, compilación de escritos sobre autismo y Cuentos y Lunas, poesía infantil didáctica.
